El color y no la mancha, la luz y no la sombra; ya estoy harto de las sombras!
Hasta hace no poco tiempo, me vanagloriaba de vivir bajo la sombra, de saberme cubierto de luz de obscuridad, me sentia radiante y mejor aún, me sentia seguro.
A veces, solo a veces, veia unas sombras mas grandes, que parecia que me harian daño. Me sentia acosado y lleno de pavor.
Con el tiempo comprendí que solo eran eso, sombras, y que jamas me dañarían, pero lejos de sentirme mucho mas seguro, me sentía aterrado, y surgió la maldita pregunta:

¿De donde vienen las sombras? obteniendo por respuesta que las sombras venían de más lejos, de aquel lugar al que me dijeron jamas fuera o me asomara, puesto que solo habita la maldad, bestias capaces de quitarte la vida en un santiamén. Por un momento penes,  debería ir y acercarme aunque sea un poco, solo lo suficiente para ver que hay allí, después volvería sobre mis pasos inmediatamente.
Me acerque con sigilo, no si antes meditarlo abiertamente, me temblaban las manos, andaba dando tumbos, podía sentir como pequeñas gotitas de sudor frió se acurrucaban en mis sienes, como resistiéndose a caer, como si supieran que una vez que se alejaran de mi ser, ya no podrían regresar, su vida, su misión o lo que sea que fuera, habría terminado y no tendrían mas razón de existir.
Podia ver a lo lejos una tenue luz y escuchar tenues sonidos, conforme me acercaba, sentía mi pulso acelerado, me encontraba a unos pasos de la puerta cuando tropecé con algo y fui a dar de bruces contra el piso, intente levantarme pero me sentía muy pesado, tenia la sensacion de que parvadas de pájaros se hubiesen posado sobre mi, impidiéndome ponerme de pie, un escozor recorría mi cara acompañado de dolor en mis brazos,
-¡Malditos pajaros!, empezaron a picotearme el cuerpo, el dolor era insoportable, un  alarido salio de mis entrañas, un grito desesperado de auxilio y clemencia. 

Pense que habia sido sufienciente para que alguien me hubiese escuchado, pero, bien pronto me di cuenta de que no grite, solo lo imagine; era tal el dolor que sentia, que no tenia fuerzas para hablar, mis cuerdas vocales eran apenas audibles, mis pulmones estaban vacios, me faltaba el aire, sentia mis riñones destrozados.
Sacando fuerzas no se de donde, me puse pie, podia sentir como los pajaros se alejaban despavoridos, algunos chocaban contra las paredes, otros se acurrucaban dolidos.
Una vez de pie vi las cosas con claridad, no habia pajaros, tropece con un pequeño jigarro, solo eso. Mi nariz y boca supuraban sangre, mis extremidades estaban molidas, pero estaba bien, andando mucho mas lento que antes, llegue a la puerta. La luz me cego, espere a que mis pupilas se acostumbraran lo suficiente para poder ver en donde estaba, me sentia mareado, mis fosas nasales se dilataron mostrandome un olor desconocido, la cabeza me daba vueltas, senti ganas de vomitar. 

Quise gritar, pero nuevamente no pude, solo acerte a tirarme al suelo....
No supe cuanto tiempo paso, desperte, con una fuerte jaqueca y, ese olor, ese atroz olor que entraba por mi nariz y me recorria la espina dorsal, ese maldito olor!.
Poco a poco me acostumbre, mis ojos no lo podian creer, estaba en un hermoso lugar, ese maldito olor no era otra cosa que el olor del campo, olor a flores, a pasto, a frutas, auque en ese momento no lo sabia.

Era un hermoso bosque y la puerta, la maldita puerta que no me atrevia a cruzar estaba allí.
Todo era claro, no habia puerta, era una salida, una salida de esa lugubre cueva en la que habia habitado toda mi vida, alimentandome de alimañas, cobijado de escrementos; las sombras eran las reflejandas por personas y animales que de vez en vez pasaban junto a la entrada de la cueva, supuse.
Tuve conciencia de mí, mi ropa estaba hecha girones y la piel estaba cubierta por una gruesa capa de tierra y escremento, dandome la apariencia de un ser antediluviano.

Corri cuesta abajo hasta quedarme sin fuerzas, radiante de felicidad llegue hasta una masa liquida en la que me sumergí, probe por primera vez el sabor del agua cristalina, era una experiencia unica, me enjuague hasta que mi piel quedo blanca, un color desconocido, me emocione y comence a llorar, era un sentimiento distinto ya no habia temor.
Al cabo de un rato recupere mis fuerzas, comi un bello fruto, que al paso del tiempo me dirian se llamaba manzana, su sabor era delicioso, podia sentir su textura, como poco a poco se deslizaba por mi garganta hasta llegar a mi estomago, brindandome una sensacion de bienestar, de plenitud.
Y allí estaba ella, radiante, sumamente hemosa, la mujer mas hermosa que habia visto en mi vida, de hecho la primera mujer, el primer ser a parte de mí, conocido.
Me sonrio y me invito a que me acercara, no sin dudarlo me acerque y me explico quien era y que tambien habia vivido en la cueva de donde provenia. Me hablo del mundo y sus maravillas, yo, fascinado por las bellezas que me contaba, no supe que responder cuando me pidio que me quedase con ella. Pense en decirle que si, imaginaba mis labios tocando los suyos, mis manos desdibujando su vientre, besar aquel caliz que se me antojaba exquisito, pero de pronto note en su mirada algo que me hizo palidecer y dudar de su invitacion.
Ella, notando mi consternacion, se acerco a mi, sentia su respiracion en mi oreja cuando me decia que me amaba, cuando me invitaba a poseerla. Sus manos se posaron en mi pecho desnudo, mientras me decia palabras que me invitaban a la lujuria, acerco sus labios a mi boca, a penas si tocandolos, un sabor exquisito me invadio y encendio la pasion, tenia miedo.

No lo comprendia, queria poseerla, hacerla mia, cumplir sus caprichos y obligarla a cumplir los mios, ah! el miedo, ese bendito miedo, me carcomia cada vez mas y mas hasta un punto insostenible, demasiado tarde. Sus labios chocaban placidamente contra los mios, nos fundimos en un apasionado beso, sentia los plieges de su boca, su lengua se introdujo en la mia con parsimonia, juguetona, me sabia calida, sentia como nuestra saliva se mezclaba, mis manos como poseidas recorrian obsenamente su cuerpo, estrujaba sus senos, pellizcaba sus nalgas, hundia mis dedos entre esos montes de carne palida, que retiraba empapados el momento para luego volver a introducirlos una y otra vez.
En todo ese tiempo no habia abierto mis ojos, para poder disfrutar de ese exquisito instante.

Me anime a abrirlos, queria ver sus gestos, su mirada, que sentia perdida, disfrutando, tanto o mas que yo.
Justo en ese momento, no me pude mover, preso del terror que sentia, aquella diosa, no era sino una horrible bestia de ojos desencajados, la piel era verde y supuraba un olor insoportable, en el que no habia reparado antes, mis manos estaban llenas de un viscoso liquido negro que manaba de allí donde antes las habia introducido.

Quise echar a correr pero no podia mover ni un apice mi cuerpo. Ella, el o eso, me miraba y se carcajeaba me invitaba a seguir besandola, me decia con una gutural voz: hazme tuya, montame, jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!!
yo no podia más, sentia que iba a morir fulminado; junto a mis pies vi algo que brillaba, ¿una piedra?, ¿un arma?, que mas daba, lo importante era quitarme de encima a este ser.
En cuestion de segundos haciendo un enormo esfuerzo por librarme de sus brazos me agache y tome ese objeto en mis manos, se sentia frio, manaba de el una palida luz verduzca, rapidamente lo introduje en su boca; comenzo a gritar, parecia que se estaba ahogando, quise correr, pero nuevamente no pude, su cuerpo comenzo a hincharse, veia como sus sienes de inflamaban, como sus ojos salian de sus cuencas cual moluscos salados, sus venas de expandieron a tal punto, que de pronto PLOFFFFFFFFFFFF!
Una explosion, me vi bañado en una sanguinolienta capa de liquido negruzco y hediondo.
Crei que todo habia terminado, cuando, me percate de que algo se movia, revoloteava. Me acerque un poco y al momento fui arrojado al suelo por una fuerza desconocida, lo que vi instantes es indescriptible: Junto a mi volaban decenas de aves petreas que salian de ese bulto y volaban rumbo a la cueva...

De ese suceso han pasado no se cuantos años, que es la medida de tiempo que usan aqui. Por lo que me he informado el lugar desde donde escribo estas frases es una institucion mental a donde me trajo un viajero que me encontro desnudo en un alejado paraje, solo recuerdo que desperte y me contraba atado de pies y manos, mientras que era interrogado por un ser enfundado en un traje blanco, me pregunto mi nombre y procedencia y solo atine a decirle que me venia de donde habia sombras y no sabia mi nombre.
Cojió un objeto con el que penetro mi brazo y me trajeron a esta celda...

Aún hoy sigo sin entender que paso, con la unica esperanza de que corra alguien con mi misma suerte y lo traigan aqui.

Dalkiel (Aká Aruwiri)